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EN EL OMBLIGO DE LA CIUDAD.

EN EL OMBLIGO DE LA CIUDAD.
"¿Y el ombligo? Artemidoro, en su capítulo XXXVI, afirma: "El ombligo, para quien tiene padres, indica a los mismos; para quien ya no los tiene, indica la patria, madre común de los pueblos. Si soñáis tener un ombligo grueso y pesado, esto indicará muerte del padre o de la madre o sucesos infaustos para vuestro país. Por el contrario, soñar con el ombligo sano es indicio de vigor y vida cómoda."
(El Ombligo como Centro Cósmico.
Gutierre Tibón)
Si nos atenemos a algunas teorías sociológicas, el colectivo humano se puede estudiar a partir de analogías con el cuerpo humano. Se habla de un corazón, de arterias, cerebro y . . . ombligo (entre otros símiles).
Gutierre Tibón, un excelente escritor italo-mexicano, nos regaló un delicioso libro acerca del ombligo como centro cósmico y erótico. Aupado por su lectura hoy discurro sobre el tema.
Si bien la Real Academia de la Lengua afirma que el ombligo es "una cicatriz redonda en medio del vientre", la definición tiene sus asegunes pues es de sobra conocido que si bien  hay ombligos redondos como una luna llena, también existen los  oblongos (más largos que anchos), cuasi triangulares, cuasi cuadrados, irregulares,  elípticos, sumidos cual cenote maya,  brotados en las generosas panzas de los gordos, negros, morenos, lampiños, velludos. En aquello de la ubicación también los solones de la lengua dejan fuera de la definición a quienes tienen el ombligo orientado más al norte o al sur del cuerpo humano, pero más allá de burlas, veras y mofas, el ombligo místico o vulgar es una referencia que lo mismo se usa por sus connotaciones eróticas (leer el "Cantar de los Cantares" en la Biblia), que para referirse a trazas urbanas y con ellas hablar del "centro de la ciudad", tema este último que hoy nos ocupa.
Un ombligo al píe del laurel.
(El Portal Independencia)



Tuve la fortuna de haber nacido en el centro de la ciudad (el ombligo). Y por qué me declaro afortunado, pues porque durante muchos años, hablar del centro, era referirse al punto geográfico donde se desarrollaba gran parte de la vida social, económica, política y cultural de Celaya.
Al nacer en los altos de Portal Independencia #105 , desde el balcón de esa finca, establecí mi particular atalaya, donde veía y escuchaba el trinar de aves de diversas especies, me embebía mirando las altas copas de pinos y otros ejemplares arbóreos, aguzaba los sentidos donde lo mismo se mezclaba el barrer de los portales a cargo de borrachines de poca monta que purgaban así alguna falta administrativa, que el matutino pregonar de voceadores y tamaleras o el horrísono pitar de un carro de camotes que irritaba los oídos.
Portal independencia, San Agustin
Aquello era una bacanal sensorial en la que hasta el más abúlico pecaba por el oído, la vista,  el tacto, y el gusto.
La crónica de antaño nos habla de que en ese portal de aproximadamente 113 metros del largo, desde la fundación de Celaya (1571) albergó el Palacio Municipal, por ello en algún tiempo se le conoció como portal del Cabildo y sucesivamente con los años mutó de nombres tales como portal de la Jefatura y portal del Ayuntamiento. Ahí vivieron algunos de los íberos de los primeros años del Celaya colonial como Roque Sálvago, Luis Requena, Domingo de Silva, etc, todo ello en el siglo XVI.
A inicios del siglo XX, ahí se asentaron negocios tales como Cinelandia, el Hotel Central, la sastrería de Agustín Manzanares, la ferretera de Alfredo Fink, de esto y demás historias rigurosas y con un estilo amable nos informa nuestra admirada cronista Abigail Carreño de Maldonado, en su libro Celaya de Siempre. . .
A mediados del siglo XX, se erguía majestuoso el elegante Cine Colonial, el afamado restaurante El Cisne, el estudio fotográfico de don Luciano Frías, la peluquería de Alfonso Pizano, la tienda de ropa el Carmen en el extremo norte mientras que en el sur Publicaciones Arroyo de la recordada Caridad Arroyo.
Ahora en los albores del siglo XXI, ahí encontramos, como desde el siglo XVI, la Presidencia Municipal, la tienda Del Sol, el restaurante El Cisne, Telcel, Súper 27 Fotografías, nevería la Michoacana.
Es apenas más de un centenar de metros, pero este portal, sus fincas, sus habitantes, merecen ríos de tinta, hectáreas de entrañables recuerdos.
Para el de estas líneas fue el Portal Independencia un inventario poliédrico y rico en pasajes que cimentaron el sólido edificio de mi   amor por Celaya.
Para cerrar este apartado, a la usanza de nuestros antepasados del mundo indígena, me gusta contar una mentira: "Al haber nacido ahí, supongo que mis padres enterraron mi ombligo al píe de un frondoso laurel", reitero es un delirio de imaginación.. . lástima, me hubiera gustado que fuera cierto.
De lo místico a lo laico
(Portal Corregidora)
Antaño llamado portal de Santa Mónica, pero al correr de los años y habida cuenta que nuestro país atravesó etapas donde el poder político socavó el eclesiástico, el portal mutó su referencia mística a la de la heroína de la Independencia la queretana Josefa Ortiz de Domínguez o la Corregidora.
En este territorio que circunda el Jardín Principal, desde su erección hasta nuestros días prevaleció y prevalece el uso comercial por sobre el habitacional.
De manera anecdótica vale la pena recordar que en los albores del siglo XX, ahí se instaló una gasolinera que junto con un local de venta de refacciones automotrices, fue propiedad del distinguido celayense, don Jesús Gómez de la Cortina.
En el Corregidora, encontramos que en el número 113 se asienta un bello edifico, con solera e historia. Ahí fue la casa de don Eusebio González y su esposa, la benefactora de Celaya, doña Emeteria Valencia. Finca que a su belleza arquitectónica, suma entre sus muros la historia de una salmantina que entregó caudales, paciencia y amor en aras de las clases más necesitadas de Celaya. Edificación que después  albergó al "Cerrojo" una referencia obligada en el desarrollo económico del municipio.
En el 2016 encontramos entre otras  de sur a norte, unos abarrotes propiedad de la familia Caporal, familia de cepa y orgullo celayense, una pizzería, una zapatería, la papelería Saldaña, negociación de larga data que merece toda un crónica por sus aportes a la instrucción y sapiencia a favor de los celayenses a través del universo de los libros.
En la siguiente entrega los tres portales restantes y el jardín principal, notas históricas, su presente, su importancia como el ombligo de la ciudad de Celaya.






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