Jesús Méndez Sierra el "Revo"
Por: Luis Felipe Rodríguez
Pero el “Revo” no es conocido por
ello. Su afición a los deportes le hizo popular. Conoció y convivió con los
equipos del “ACJM”, “San Miguel” y el “Aurora” cuando los mecenas eran Monseñor
Mercadillo, don Fortunato Maycotte y don Paco Garay. Muchas personas vivieron y
gozaron con los triunfos de aquellos equipos de la Zona Centro del San Miguel
de Juan Cervantes, la “Burrita”, Jesús Chávez, el “Chusgue”, Ramón García,
“Monina”, Javier Torres, Pascual González, el “Bucho”, César Nistal Hidalgo,
Antonio González, el “Viejo”; tiempos aquellos en que la juventud hacía que el
golpes no dolieran a: Filadelfo Arellano, José López, el “Brujo” y Lupillo
Sánchez, y cuando ya dolían más le dejaron el sitio al “Revo”. Tiempos en que
se jugaba por amor al deporte.
Lo invitaron a colaborar en una
carrera que hacían los Caballeros de Colón el 20 de noviembre pero cuando
surgió un desacuerdo entre los directivos de esa agrupación, se retiró. Más
adelante organizó la Carrera de la Revolución en 1976. Observador nato, se dio
cuenta que los atletas no disfrutaban con los premios que llegaban a obtener
pues para los que corrían en otros lugares fuera de su residencia llegaban a
venderlos o terminaban donándolos. Eran populares entonces la Carrera de los
Barrios en León y la de San Juan, en Guanajuato; en esta última se les premiaba
con artículos importantes de línea blanca pero, al ser foráneos la mayoría de
los ganadores tenían que rematarlos inmediatamente a precios muy inferiores a
su valor real. Esto hizo que él cambiara esto ofreciendo premios en efectivo lo
que reprobaban algunas personas afirmando que esto mercantilizaba el deporte
pero que era bien recibido por los deportistas ya que eso les permitía
invertirlo en uniformes o zapatos tenis. Por ser muy conocido en el medio
social y político el Revo obtuvo muy buenos apoyos. En esa ocasión el gobernador
Luis H. Ducoing patrocinó los primeros lugares y don Ricardo Martínez Inda,
entonces director del Sol del Bajío hizo la premiación en la explanada de la
parroquia por lo que se le dio mucha difusión al evento.
Asiduo colaborador en los
programas deportivos de la XESQ en donde hacía equipo con el Capi Correa y don
Pancho Cuéllar González. Durante muchos años fue el reporteo de el periódico el
Sol del Bajío por lo que agregó más amistades a las muchas que ya tenía. Su
estilo directo, mesurado, justo le valió el respeto de los lectores y hasta la
fecha conserva su columna “Remates” en donde da cuenta de los acontecimientos
más destacados de la comunidad sanmiguelense. Su conocimiento del ámbito social,
cultural y político y su experiencia le hacen un cronista justo y un crítico
agudo. Conversador ameno. Tuvo durante mucho tiempo su mesa en el Café Colón,
frente a San Francisco, la que compartía con amigos y políticos (que no siempre
son lo mismo). No estudio comunicación en universidad alguna pero maneja la
pluma con la destreza necesaria para cumplir con una de las funciones de la
lengua castellana: interactuar en distintos contextos con claridad, fluidez y
adecuadamente. Aguijoneado por la enfermedad no se arredra ante la vida y
aunque una de sus grandes satisfacciones es mantener una relación amistosa con
medio mundo, le adeuda a éste un libro que hace tiempo empezó y que debería
proseguir hasta su consecución pues las páginas que ya tiene están llenas de
anécdotas que si, tienen importancia.
Hay apodos muy comunes que
encontramos en las familias, en la escuela, los trabajos, en el barrio, etc. con ellos conocemos a
familiares, compañeros y vecinos y con esa denominación destacamos alguna de
las particularidades que les encontramos: el güero, el chaparro, el chato, etc.
pero hay otros que no sabemos su origen y el que hoy nos ocupa es muy singular:
el “Revo”, muchos han pensado que a Jesús Méndez Sierra le dirían así por
aquello de los rebotijón que en algún tiempo pudo estar pero no. Desde pequeño
vivió con sus tías y ellas tenían la costumbre de “rebautizar” a sus sobrinos
con los nombres de otro de los santos que se festejara el día de su cumpleaños
y es el caso que a Jesús le pusieron Revocato, porque el 6 de febrero se
festeja a Santa Revocata.
Don Jesús Méndez, su tío, fue el
encargado del Templo de la Santa Escuela durante mucho tiempo y muchos lo
recordamos cuando a la salida de las misas de la Parroquia arrimaba una de las
alcancías de “su” templo para alcanzar a “cachar” algo de lo que caía en aquel
templo.
Tuvo otro tío "un poco" más conocido ya que se trata nada menos de un
Zeferino que construyó la fachada y atrio de la Ermita, el templo de La Saleta,
en Dolores Hidalgo, el altar mayor del Oratorio, el Mercadito “Aldama”, el
altar mayor del Templo de Santo Domingo y desde luego, la cúpula de Las Monjas
y la torre de la Parroquia de San Miguel. Don Zeferino Gutiérrez Muñoz quien
nació el 24 de agosto de 1840, murió el 23 de marzo de 1916, así que este año fue el centenario de su muerte, sus restos descansan en un lugar no
identificado de su mausoleo familiar, la capilla de La Saleta de la Santa
Escuela.
El considera que el aprendizaje
que tuvo con experiencias como la de estar bajo las órdenes de con Fortunato fueron
fundamentales, refiere por ejemplo que, por la juventud y carácter de dos
compañeros, en alguna ocasión el señor Maycotte detuvo el entrenamiento y les
dijo: -se van de aquí. Y no del grupo, del Campo Marte. -Ese tipo de
situaciones -dice-, te marcan. El éxito es hijo de la disciplina y el orden. A
Luis Filoteo Ruiz, del Tec de Celaya le escuchó decir: el futbol es un juego
pero… organizado. En su vida ha tenido muchos roles. En lo deportivo ha sido:
jugador, árbitro, dirigente y entrenador. En cada uno de ellos obtuvo
experiencia positiva que después pudo aplicar en su vida personal.
Al año siguiente se mejoró la
organización y el apoyo principal provino entonces de don Carlos Pedraza en
aquel entonces gerente de la agencia Modelo quien puso los primeros lugares.
Ese fue el primer año que corrieron los veteranos. Por cierto, el señor Pedraza
le dijo al “Revo” –con esto les regreso algo a los veteranos pues son mis
mejores clientes, a lo que rápido le contestó: -pues si les quiere regresar más
no hay problema. Jesús tuvo a su cargo la carrera unas cuatro veces después
fueron participando otros coordinadores como: José Luna y en otra ocasión su
hermano Benjamín, otras cuatro veces regresó a coordinarla y en lo sucesivo han
sido otras personas como el doctor Huerta, Pico Pérez, etc.
A diferencia de esa carrera que
ofrece premios en metálico la Carrera Simbólica casi siempre la organizó el
Profr. Víctor Manuel Anguiano sin más premio que el orgullo de ser los
portadores del mensaje el 15 de septiembre, sólo cuando por razones de salud,
no fue posible el organizador fue Marcos Cohén y en 1973 el “Revo”. Cuando fue
su responsabilidad hizo mejoras que, como era natural, no todos vieron bien.
Por ejemplo la meta de salida y llegada estaba enfrente de la presidencia municipal
pero daban la vuelta hacia la Casa de Allende por lo que varios participantes
eran lanzados hasta el portal por lo que modificó el trayecto por la calle de
la Canal y luego hasta el libramiento y como por falta de apoyo el profesor
tenía pocos jueces, él consiguió que participaran los árbitros de futbol. Una
modificación más fue que acompañara personalmente a los ganadores de esa
distinción de Querétaro a San Miguel y participara en varios relevos durante el
trayecto. Otra fue que en lugar de entrar a toda velocidad entraran un poco más
lento para que la gente disfrutara más de ese emotivo momento. Los jóvenes del
Servicio Militar Nacional apoyaron haciendo valla y don Trinidad Ramírez
(ferrocarrilero) consiguió 21 bengalas.
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