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Templo de San Andrés Apóstol

Templo de San Andrés Apóstol
 Patrimonio cultural de Apaseo el Alto

Templo de San Andrés Apóstol, Santo Patrono de Apaseo el Alto. 
 Tradición de los primeros evangelizadores de la Nueva España fue el de anteponer a cada pueblo que se iba fundando el nombre de un santo, un beato que a partir de ese momento sería el guardián de los habitantes, el protector, tutor y bienhechor. Ese acto de encomendar un pueblo hereje, semisalvaje, politeísta a un santo de la religión católica, lo hacían para no romper tan tajantemente la tradición del nombre de sus pueblos. Voluntariamente o no se fue haciendo costumbre el llamar a su pueblo a la usanza impuesta por los distintos clérigos que iban evangelizando los pueblos. Fue así como nacieron San Francisco Chamacuero, San Miguel Tarimoro, Santiago de Querétaro, San Juan Bautista de Apaseo, etc., pero Apaseo el Alto nació a la vida virreinal en otras condiciones. Cuando aparece Apaseo el Alto en la cartografía y crónicas novohispanas, lo hizo bajo el nombre de una unidad productiva: Labor de Apaseo el Alto; luego como Hacienda de Apaseo el Alto o sencillamente con el nombre que ostenta actualmente. 


¿Por qué esa variante a la costumbre? Cuando llegaron los españoles al pueblo allá por 1526-1529, este no fue fundado y por tanto no hubo evangelizadores radicados en el poblado, no se edificó una iglesia y tampoco se hizo nombramiento de autoridades hispanas que le asignaran una denominación a la costumbre que recién se iniciaba. No fue sino hasta finales del siglo XVIII en que un sacerdote español que recién había tomado los hábitos religiosos de nombre Fray Pablo de la Purísima Concepción Beaumont, quien de paso por la aldea de manera circunstancial, sugirió el nombre a los habitantes del prehispánico Rahatzi. Pero, ¿Quién era San Andrés Apóstol según la Iglesia Católica? San Andrés Apóstol, uno de los doce apóstoles de Jesucristo, hermano de Simón -que más tarde sería el apóstol Pedro-, era un pescador Galileo de Betsaida, discípulo de Juan el Bautista. En el evangelio de Juan (Juan, 1, 35-42) Andrés fue el primero de los discípulos de Jesús en recibir la vocación. De igual modo que Santiago y Juan, pertenece al pequeño grupo que está más cerca de Jesús. Una tradición antigua presume que San Andrés evangelizó Escita y la provincia romana llamada Acaya. Un relato apócrifo del siglo III, los Hechos de San Andrés, refiere que murió en Patras, en la costa noroeste del Peloponesio atado a una cruz en forma de equis, a la que más tarde se le llamaría Cruz de San Andrés. San Andrés es Patrono de Escocia y Rusia y por supuesto del pueblo de Apaseo el Alto; se le celebra el 30 de Noviembre.

Existe un relato que se atribuye al sacerdote español de la Orden de los Franciscanos Fray Pablo de la Purísima Concepción Beaumont, en el que relata una breve charla con un natural del pueblo, quien le refiere el antiguo nombre del pueblo y como el sacerdote le sugiere el nombre de San Andrés Apaseo el Alto; he aquí la crónica: “ El día del Santo Apóstol San Andrés llamáronme a la Hacienda del Espejo a dar los últimos auxilios a un indio nahual ya finado, y ansi tuve que tomar el atajo que pasa por la cañada que los naturales llamaban Rahatzi, y en pasando por allí dime cuenta que ya había unas casas como chozas con techo de paja o zacate que los indios llamaban xacales, que entonces no estaban cerca de la ribera derecha del río, y ya sobre la loma, empero las tierras que a ambas márgenes del río, que son muy buenas para la siembra, aunque las hay de reducida dimensión. Detúbeme a platicar con el jefe de la familia que allí había asentado en su casa y tierras y pregúntele su era bautizado y él haciendo la señal de la cruz, dijo que sí y tener por nombre Francisco Martín, para mejor servir a Dios, y ser viudo de María Ángela, sepultada en la iglesia de San Juan Bautista de Apaseo y vivir con Antón Martín, su hermano y la mujer de éste María Francisca, que él tenía un hijo de nombre Juan Marcos, de dos años de edad y Antón y María, una hija de nombre Paula, como de uno, me dijo también que ellos eran indios nahuales, originarios y vecinos hasta hace poco de la Hacienda de San José y haberse establecido en este lugar para trabajar las tierras de la cañada del río. Díjeles ya que de hoy más llamarían al lugar San Andrés, puesto que hoy es su día, diles a todos la bendición de nuestro padre San Francisco y proseguí mi camino un poco más de prisa, ya el sol iba tocando a su ocaso y el camino es difícil y largo”

Durante más de trescientos años el pueblo de Apaseo el Alto no contó con un templo en el que recibieran dignamente los sacramentos que obligaba la nueva religión. Los pobladores tenían que acudir al pueblo de San Juan Bautista de Apaseo o a San Bartolomé Aguas Calientes. Los vestigios más antiguos de algún adoratorio cristiano corresponden a la Capilla de Don Reyes, pero estos datan de finales del siglo XVIII y principios del XIX, pues en el despacho de fundación, se hace descripción de un sitio como la capilla mencionada. Igual que este adoratorio existieron otros más que desaparecieron ya muy entrado el siglo XX. La otra ermita de más antigüedad es el templo del Señor de la Piedad, pues su origen se remonta a finales del siglo XIX, cuyos dueños influenciados por los Agustinos la consagraron a tan venerado santo de mucha predilección por la Provincia de San Nicolás Tolentino de Michoacán.


En el año de 1900 Don Sabino Ramírez construyó con sus propios recursos el actual edificio y a finales del mismo año fue enajenada a favor de Miguel Mandujano y éste la heredó a su hijo Pánfilo. En 1833 se inició la construcción del Templo de San Andrés Apóstol, pero a causa de una epidemia de Cólera Morbus y la pobreza de la gente, las obras se suspendieron. En los documentos por los que tramitan el nombramiento de un Capellán, los pobladores mencionan que antes del inicio de la edificación del templo, habían construido un “Chapitel” en donde se desarrollaban las ceremonias religiosas, que no debió ser más que en templete como los que ahora sirven de base para las cruces que se colocan en la cima de los picachos. En 1850 a iniciativa del sacerdote Pablo Sánchez, los pobladores reanudaron las obras, y en 1867 con el templo aún sin concluir, llegó Fray Román de San Antonio, primer sacerdote en calidad de Capellán que estuvo asistiendo a los pobladores de una manera más permanente. En 1870, los pobladores de San Andrés Apaseo el Alto, encabezados por quienes eran sus autoridades, Mariano González, Patricio Galván y José R. Galván solicitaron que se autorizara la Vicaría de San Andrés, solicitud que con muchos contratiempos les fue aceptada. Al templo aún le faltaba la torre, su piso era de tierra y su piso iba en decline siguiendo la pendiente del cerro en donde se hizo la cimentación. 

En 1872 arribó a nuestro pueblo el sacerdote José Jesús Narváez Franco, quien terminó el templo, niveló el suelo y colocó el piso de tabique y el primer reloj público, del que se dice había sido el que existía en la Parroquia de Dolores cuando el Cura Hidalgo llamó a su pueblo a insubordinarse de los españoles y el Padre Narváez en su paso por aquella parroquia lo recogió cuando fue sustituido por uno más moderno; ese fue el primer reloj que tuvo el pueblo de Apaseo el Alto y que debió causar admiración entre los naturales. El alarife -albañil- que construyó la torre de San Andrés fue un indígena natural del pueblo,  de nombre Juan García a quien apodaban “El Mulato”, quien cada vez que se tomaba sus pulques le recordaba a la feligresía que él había sido quien había construido la torrecita. Los descendientes de este personaje heredaron el oficio y años más tarde lo cambiaron por talladores de madera. Como parte de una infortunada costumbre que los mexicanos adoptaron de los españoles de encubrirse de hidalguía, sumándose apellidos gloriosos, de decirse descendientes de altas jerarquías políticas antiguas, de atribuirle a grandes personalidades la construcción de sus edificios públicos, en Apaseo el Alto con el paso del tiempo le atribuyeron la construcción del pequeño pero bello templecito de San Andrés Apóstol al célebre arquitecto celayense Francisco Eduardo Tresguerras, lo que implica un descomunal error histórico.

En 1833 la región en donde se encuentran ubicadas las poblaciones de Celaya y Apaseo el Alto, fueron afectadas por la terrible epidemia de Cólera Morbus, con consecuencias desastrosas para la población; una de esas víctimas del fatídico mal fue el Arquitecto Tresguerras, quien por obvias razones no pudo ser el constructor del templecito. Tiempo después, a consecuencia de un litigio que libraban los pobladores de Apaseo el Alto, aseguraban que el célebre personaje no se había dignado visitar una sola vez el poblado. El templo de San Andrés Apóstol fue embellecido paulatinamente por los sacerdotes Rafael Ruiz, José María Carranco, Fray Miguel Febles, Hesiquio Ramos entre otros, hasta el fatídico 2 de abril de 1967 en que accidentalmente se incendió, perdiéndose muchas obras de arte sacro, su pintura y muchos años de historia. Como parte del regocijo que sintieron los pobladores de San Andrés Apaseo el Alto por tener el aposento para su Santo Patrono, se inició la Fiesta de San Andrés el 30 de Noviembre de cada año.

Nuestros padres y abuelos se llenaban de júbilo cuando llegaba la celebración. Era un orgullo ser mayordomo; organizar y patrocinar la fiesta no tenía precio. Los Parandes, la música de banda de viento, la lotería, los volantines, los fonógrafos fueron los primeros espectáculos del que gozaron nuestros antepasados. En el año 2003, el Templo dedicado a nuestro Santo Patrono cumplió ciento setenta años del inicio de su construcción. Gracias al esfuerzo del Padre Baltasar Rivera García y de los pobladores de nuestro pueblo de Apaseo el Alto, el bello templecito ahora luce esplendoroso y acogedor.

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