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Reseña de las Batallas de Celaya

Reseña de las Batallas de Celaya     
                                                   
Por: Guillermo González Mancera, Historiador de la Crónica Municipal de Celaya.

Artillería en acción

Durante los días del 6 al 15 de abril de 1915, se protagonizaron en las inmediaciones de esta ciudad, una serie de violentos enfrentamientos entre las fuerzas del General Francisco Villa con su División del Norte, en contra de las tropas constitucionalistas al mando de Álvaro Obregón. Dichos combates formaron parte del importante proceso histórico de la Revolución Mexicana, el cual había dado inicio años antes con el llamado al levantamiento armado por parte de Francisco I. Madero, provocando diferentes insurrecciones a lo largo del país, orquestadas por importantes personajes como Emiliano Zapata o el mismo Francisco Villa. Para 1913 sería asesinado Madero a manos de Victoriano Huerta en la llamada “Decena Trágica” desencadenando la revuelta  en contra de este último personaje. Una vez derrocado el gobierno militar de Victoriano Huerta en agosto de 1914, los revolucionaros triunfantes se dividieron en dos grandes bandos, cada uno con un proyecto de nación diferente que creía ajustarse a las necesidades del momento. Por un lado se encontraba Venustiano Carranza a la cabeza del ejército constitucionalista, teniendo como principal comandante de sus tropas al General Álvaro Obregón; y por otro lado estaban los convencionistas, contando entre sus principales representantes al General Francisco Villa y al caudillo del sur, Emiliano Zapata. La dificultad de no poder llegar a un acuerdo entre ambos contingentes, dio como resultado múltiples y sangrientos combates, entre los que se encuentran ocurridos en la ciudad de Celaya.
El día 4 de abril el general Álvaro Obregón llegó a la ciudad de Celaya acompañado de efectivos de  infantería, artillería y las brigadas de caballería del general Fortunato Maycotte.  Una vez internados en el centro del país, los bandos contendientes tendrían sus primeros enfrentamientos el día 6 de abril de 1915 en la región conocida como El Guaje (Villagrán), cuando fuerzas villistas chocaron contra la brigada de reconocimiento de Fortunato Maycotte, enviado por Álvaro Obregón, quien  acudió con refuerzos movilizados vía ferrocarril, ya que la caballería de Fortunato Maycotte había quedado devastada por las tropas villistas.
Los combates se reanudarían el día siguiente en las inmediaciones de Celaya. Desde la madrugada las baterías villistas abrieron fuego por parejo a todo el frente y la infantería avanzó con las primeras luces del día. Las fuerzas constitucionalistas abandonaban poco a poco las líneas de defensa por falta de municiones, de manera que Obregón recurriría a un particular estratagema, en el cual pidió un trompeta, proporcionándosele un niño de tan solo 10 años de edad, de nombre Jesús Martínez, con quien se trasladó a las posiciones de defensa, que habían quedado casi desbandadas, tocando la retirada, confundiendo a los villistas, provocando el rearme de las tropas y la consecuente  e importante victoria por parte de las fuerzas de Oregón. Los villistas se retirarían a Salamanca diezmados. Obregón sabía que Villa no se daría por vencido con facilidad y ambos bandos se aprestaron a reorganizarse.
Para el 8 de abril, una vez que Villa se reconcentró en Irapuato, se dirigió a los cónsules de Francia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos de América, para informar los hechos y sus intenciones de adecuarse a las leyes de la guerra, lo que incluía el respeto a los civiles. Además, invitaba a salir de la ciudad al general Álvaro Obregón para continuar el enfrentamiento, de lo contrario, amenazaba con atacar usando sus “sesenta bocas de fuego” y destruir la ciudad. Obregón había distribuido desde un día antes un comunicado ofreciendo a los civiles que lo desearan, libertad para que salieran de la ciudad y pusieran a salvo sus vidas.
Para el 13 de abril, los constitucionalistas estaban preparados para el contraataque, al oriente de la ciudad se situaron las unidades con mayor experiencia, al norte se colocaron los batallones rojos y en las inmediaciones del río de La Laja, ubicado en el sur; el resto de las unidades cubrieron el camino a Irapuato. Mientras tanto, el general Francisco Villa también reorganizó a sus tropas en Salamanca. Sin embargo, no había dado suficiente descanso a sus hombres; además, su armamiento no era de la mejor calidad pues las granadas no detonaban al momento de impactar en el campo, aunado a llegada de cuatro millones de cartuchos de salva en vaina normal pero sin carga impulsora en el casquillo, lo que equivalía a no haber recibido municiones.
Fabrica la Internacional

Desde la azotea de la fábrica destiladora de alcoholes, “La Internacional”, se avistaron las nubes de polvo que levantaban las columnas de caballería villista. Inmediatamente se abrió el fuego de fusilería y artillería constitucionalista. En la madrugada, Villa ordenó un asalto general, sus tropas se lanzaron al combate seguros de la victoria. Los asaltos continuaban en la línea de defensa, Álvaro Obregón ordenó que se reforzaran las posiciones en puntos que comenzaban a quebrantarse. Los villistas renovaron su ataque e intentaron cruzar por el río de La Laja. Cerca de las nueve de la mañana, la caballería escondida en Apaseo, realizó un sorpresivo ataque a la retaguardia villista con una carga tan vigorosa, que hizo muy difícil el rechazarla.
La mañana del 15 de abril, se reanudaron los combates con un intenso ataque villista. El general Obregón, encabezaba la Brigada de Manzo y ordenó a sus generales realizar un movimiento envolvente sobre el ala derecha de la División del Norte. Las tropas villistas, agotadas y mermadas de sus dotaciones por el combate de 36 horas, comenzaban a desarticularse. Francisco Villa, insistía en proteger a la infantería restante; aunque no logró romper el cerco del enemigo, recorría desesperado la línea de fuego e intentaba repeler los ataques con su pistola en mano. Grupos aislados de infantería continuaban defendiendo por el centro; sin embargo, en Crespo, los trenes se llenaban de villistas que huían hacia Salamanca. 
Caballería constitucionalista entrando a Celaya
El general Francisco Villa y “los dorados” fueron los últimos en abandonar el campo, quedaban pocos trenes y el último de éstos, donde se encontraban los heridos, cayó en manos de los Yaquis, quienes peleaban al lado del general Álvaro Obregón. Al día siguiente, el Coronel Maximiliano Kloss, ejecutó a más de doscientos oficiales villistas tomados como prisioneros en la plaza de toros de Celaya. Mientras esto sucedía, Roque González Garza, presidente convencionista, clausuraba el periódico “El Mundo” por publicar noticias sobre la derrota de Villa. Cuatro días después de la victoria, Álvaro Obregón decidió reanudar su campaña en persecución de Villa y se dirigió con sus tropas a Irapuato.
Al finalizar el mes de abril, las fuerzas constitucionalistas comandadas por Murguía, marchaban hacía la hacienda de Santa Ana del Conde, municipio de la ciudad de León, Guanajuato; el general Álvaro Obregón los alcanzó pocos días después con la intención de  detallar el ataque final. La hacienda estaba ocupada por el general Manuel Medinaveytia, Jefe del Estado Mayor de Villa, con tres mil jinetes, después de librar otro intenso combate, el lugar quedó bajo la bandera del constitucionalismo. Fue en esta hacienda donde el general Obregón perdió el brazo derecho por la explosión de una granada; lo que no fue obstáculo para que el ejército a sus órdenes asumiera la ofensiva conforme a los planes previamente trazados y derrotaran a los villistas


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