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Acámbaro, la puerta de la historia en el bajio


Templo del Hospital del siglo XVI, en Acámbaro

Gerardo Argueta Saucedo, Cronista del Municipio.

Acámbaro es una localidad de origen indígena en donde pueden admirarse magníficas obras arquitectónicas, pertenecientes al período de la Colonia. Los primeros pobladores de la región pertenecieron a la Cultura “Chupícuaro”, también conocidos como los habitantes del “cielo azul”.

Acámbaro, en lengua purépecha es: “Akamba”, maguey; y “ro”: lugar, que significa: “Lugar de magueyes”. En otomí es: Maguadán, que expresa lo mismo. El Acámbaro indígena se fundó por el año 1275, siendo una aldea. En ese año tuvo lugar la primera y verdadera fundación, tal y como lo refería Rafael Ferreira León, historiador y cronista comunitario de la ciudad en los años 60 y 70 del siglo XX.

Posteriormente, el proceso de la conquista del Acámbaro indígena data del año de 1522 con las primeras incursiones de los españoles a la región de Michoacán, concluyendo en 1526. El cronista y exdirector del Archivo Histórico del Gobierno del Estado de Guanajuato, Isauro Rionda Arreguín (q.e.p.d.), comentaba que Acámbaro fue re-fundado bajo un proyecto “a la española” por el cacique otomí, Señor de Xilotepec, don Nicolás de San Luis Montañés, con el nombre de “San Francisco de Acámbaro”. En ese entonces era Provincia de Michoacán de la Nueva España.

La re-fundación de hecho, o la segunda fundación, tuvo verificativo entre el 19 y el 28 de septiembre de 1526 conforme a una Congregación de Indios: otomíes, purépechas y chichimecas. Don Nicolás de San Luis Montañés, Merecedor de la Confianza de Hernán Cortes, Cacique Natural de Tula y Jilotepec y Deudo de la Casa Imperial de Moctezuma, firmó el Acta de Fundación el 25 de noviembre de 1535. Esto ocurrió una vez que la Real Audiencia de México autorizó la integración del Pueblo Nuevo. Así, la re-fundación fue no sólo de hecho en 1526 sino de derecho en 1535. Si bien la conquista del territorio de Acámbaro indígena abarcó un período de 4 años: 1522-1526, la de la re-fundación duró 9 años: 1526-1535. Todo el proceso de conquista, colonización e incorporación a la cultura hispana duró 13 años: 1522-1535. Desde entonces, la vida comunitaria de Acámbaro cambió y de la fusión de la raza indígena con la española surgió el mestizaje.

Ya en el siglo XVIII y sobre todo a partir del mes de diciembre de 1786, Acámbaro comenzó a desincorporarse de la Provincia de Michoacán y formó parte de la Intendencia de Santa Fe de Guanajuato. Durante la etapa de la Guerra por la Independencia Nacional, el 22 de Octubre de 1810, en la localidad se nombró “Generalísimo de América” al Cura de Dolores, don Miguel Hidalgo y Costilla, según lo acordó la Oficialidad del Ejército Insurgente, reunida en Consejo Militar. El Ejército Insurgente, integrado por 80 mil hombres, fue re-estructurado, lo que significó el inicio de la institucionalización del futuro Ejército Mexicano. Acámbaro fue declarado entonces “Cuartel General” del “Ejército Grande de América”.

Para la etapa del México Independiente del siglo XIX, la localidad dejó de ser “San Francisco de Acámbaro” en mayo de 1855 y retomó el nombre original e indígena de Acámbaro. Al finalizar el siglo XIX, en el mes de noviembre de 1899, por Decreto del XVIII Congreso del Estado de Guanajuato y siendo Gobernador el Lic. Joaquín Obregón González, la Villa de Acámbaro adquirió el grado oficial de Ciudad tanto de hecho como de derecho. El Decreto entró en vigor el día 12 de ese mes y año y desde esa fecha, Acámbaro tiene la categoría constitucional de Ciudad. Incluso, recupera oficialmente el nombre indígena de: Acámbaro.

Durante el siglo XX, Acámbaro estuvo inmerso en los problemas sociales y agrarios de la Revolución Mexicana (1910-17) y en 1915, surgió el ejido, un proceso que terminaría en 1941. Entre 1926 y 1929, la localidad vivió intensamente la Guerra Cristera tanto con el cierre de templos al culto religioso como con diversos combates en la región. En los años 20, se registran las primeras exploraciones sobre la zona arqueológica de Chupícuaro y al mundo, surgen asombrosas muestras de su bella cerámica. Entre 1939 y 1949 es construida la presa “Solís” y para fines de los años 70 del siglo XX, su cortina es sobreelevada para evitar inundaciones. En este aspecto, las principales inundaciones del siglo lo fueron las de 1927 y 1958. En esta Centuria también, el culto a la Virgen del Refugio se consolidó y el llamado Templo Prometido o de “La Promesa” que data de mediados del siglo XIX es rehabilitado y abierto al culto católico. La comunidad, pese a todo, avanzó en el siglo XX en lo social y lo cultural. Aquí, en los años 90, el inmueble que fue la sede de la cárcel municipal de Matamoros No. 3 es ya la de la Casa de la Cultura, no sin que las exploraciones arqueológicas sobre Chupícuaro a nivel regional adquieran más interés, incluso entre los gobiernos de México y Francia.

Ya en el siglo XXI, se fortalece el espíritu democrático de la población y de manera continua, cada tres años, elige a un gobierno de partido político diferente, lo que denota una creciente pluralidad. Entre la primera y la segunda década de este nuevo siglo, Acámbaro ingresa al mundo globalizado con la instalación de empresas transnacionales, no sin dejar de usar las mejores tecnologías de información. Acámbaro es así, parte integral de la aldea global del mundo contemporáneo. Entre sus retos figura el proteger y difundir el patrimonio artístico y cultural que lo caracteriza, al igual que aprovechar eficazmente sus recursos y zonas naturales como agua y bosques. En educación, espera disponer de más instituciones públicas con calidad, especialmente en el nivel universitario. Su futuro es promisorio.

Proceso de elaboración de la cerámica entre los habitantes de Chupícuaro


Territorio fértil y bondadoso

Acámbaro en el Estado de Guanajuato es parte integral de la historia nacional del país. La localidad está ubicada en el centro-occidente de la República Mexicana.

El marco geográfico y físico de Acámbaro indica que el municipio pertenece a la Región IV Sureste de Guanajuato, también conocida como el bajío “guanajuatense”. Los otros bajíos, así denominados, son el Bajío “Zamorano” y el “Moreliano”. Acámbaro es el punto intermedio entre el guanajuatense y el moreliano. Un bajío más, el queretano, se localiza en el oriente de ese Estado y el Río San Juan, afluente que riega el Plan de San Juan del Río (a).

Ubicada en el sureste del Estado de Guanajuato, la ciudad de ACÁMBARO es una FRONTERA regional de CULTURAS con los actuales pueblos de origen purépecha de Michoacán, en donde hubo en el siglo XVI una intensa labor de evangelización y de edificación de conventos y colegios; como también un notorio desarrollo agrícola y textil. Acámbaro es uno de los 46 municipios que integran el Estado de Guanajuato que como entidad, es la número 22 de las 32 que integran la división geográfica y política de la República Mexicana, incluyendo a la ahora recién nombrada Ciudad de México (CDMX). Acámbaro colinda al norte con Tarimoro; al oeste, con Salvatierra; al este, con Jerécuaro y Tarandacuao, y al sur con Zinapécuaro, Michoacán. El municipio tiene 126 comunidades, de las cuales 96 cuentan con una Delegación. Registra una extensión territorial de 939.20 kilómetros cuadrados que representan 93 mil 929 hectáreas, lo mismo que el 3.07% de la superficie total del Estado y el 10.9 % de la región sureste.

Por su hidrografía, Acámbaro es parte de la Cuenca del Río Lerma que lo atraviesa de Este a Oeste. Recibe los escurrimientos de arroyos como El Oyamel, Sanguijuela, Nacional, Tarandacuao, La Luna, San José, San Antonio y Rancho Viejo. Otros lagos son el artificial de la presa “Solís” y el natural de Cuitzeo. La orografía de Acámbaro en la región de los Valles Abajeños indica que le distingue una cadena montañosa por los Cerros Tule, Picacho, Cerro Blanco, Culiacán y Cerro Grande, Los Amoles, El Capulín, Cuevas de Moreno, La Sierra de los Agustinos y el Cerro de las Siete Cruces. El tipo de orografía de Acámbaro es semiplana y sólo tiene la zona montañosa de la Sierra de los Agustinos. Las principales elevaciones son el Cerro del Toro, San Andrés, Cerro Ancho, Cerro Gordo, Las Mujeres y Prieto, Moreno, Los Divisadores, Las Tortugas y San Miguel. El 56% de la superficie es semiplana; el 30% zona plana y el restante es un área montañosa o accidentada. La estructura del suelo es arcillosa con tierras de temporal, riego y pequeña propiedad. El suelo del municipio revela que tiene como característica la de una sedimentación en lagos y ríos, lo que produce un cieno pegajoso que resulta ideal para el trabajo de la alfarería. Esta condición seguramente fue un notable factor en el uso del barro para la producción de cerámica entre los antiguos habitantes de Chupícuaro.

Su clima es semicálido y subhúmedo. Los meses más calurosos son mayo y junio con una temperatura máxima de 30 grados centígrados y los más fríos son enero y febrero entre los 5 y los 10 grados centígrados. La temperatura media anual es de 18 grados centígrados. Del marco social de Acámbaro, conforme al Censo de Población y Vivienda 2010, se tiene que registra 109 mil 030 habitantes: 51 mil 803 son hombres y 57 mil 227 mujeres, con una población económicamente activa de 26 mil 011 pobladores (b). Adicionalmente, la ciudad cuenta con una aceptable infraestructura educativa, destacando más de 290 escuelas de diferentes niveles, además de áreas para la recreación, deporte, salud, vivienda y comunicaciones y transportes.

En el marco económico del municipio, sobresale el potencial de desarrollo basado en el sector agropecuario, disponiendo de tierras de aceptable calidad y agua para riego. Maíz, sorgo y trigo son los principales productos agrícolas. Otros sectores son el ganadero, la industria manufacturera y la explotación forestal en madera de pino y encino; minería con bancos de balastre, tepetate y tezontle; pesca, turismo, comercio, servicios financieros y administración pública. A la tradicional elaboración de pan se agregan como complemento frutas secas. Entre su variedad destacan las famosas “acambaritas”, el pan tallado, especial y ranchero. La gastronomía es única tanto de la región como de sus mercados y centros de abasto popular, lo mismo que las hierbas medicinales. Su cocina es un importante factor económico para cientos de familias, ya que permite obtener ingresos adicionales. Lo mismo ocurre con la cerámica de alta temperatura y sus dulces regionales como las cocadas, los ates y hasta la cajeta, el jamoncillo y las conocidas bolitas de leche. Todo es de fabricación casera.

En cuanto al marco o perfil histórico-cultural, el municipio de Acámbaro dispone de un amplio y variado calendario de fiestas populares y religiosas: El 4 de julio es la festividad en honor a la Virgen del Refugio, Patrona espiritual de la ciudad desde mediados del siglo XIX, y el 4 de octubre lo es en honor al Santo Patrono, San Francisco de Asís, que lo es desde el siglo XVI. Tiene tradiciones y costumbres y su patrimonio cultural es de gran valor social e histórico (c).

En el marco jurídico-político, la ciudad de Acámbaro tiene su legislación, siendo la Ley Orgánica Municipal y el Marco Reglamentario Municipal, que incluye el Bando de Policía y Buen Gobierno, la base de la actuación de los miembros del Ayuntamiento en turno.

Nicolás de San Luis Montañéz, Fundador de "San Francisco de Acámbaro" en 1526


Ciudad progresista y con identidad cultural

A través de los siglos, Acámbaro ha pasado de Aldea y Congregación de Indios a Villa y Ciudad. Hoy, es la localidad más importante del sureste de Guanajuato y social y turísticamente una de las 13 denominadas “Ciudades Coloniales” de la entidad. Como un sitio ideal para el descanso, alberga promisorias perspectivas de modernización y desarrollo social. En la vida cotidiana de sus pobladores mantiene vivo el valor humano de toda comunidad sana de la provincia mexicana: La amable hospitalidad. Es así que Acámbaro, en el México del siglo XXI, es un municipio progresista que invita a conocerlo y es por todo lo anterior, y más, "la puerta de la historia en el Bajío. Frontera de culturas”. O mejor aún, en donde la historia regional comenzó hacia lo que hoy es el actual Estado de Guanajuato.

Presa Solís, en Acámbaro. 


Referencias:

a.- Alusiones al territorio del Bajío se encuentran, en: 1.- González, Pedro; “Geografía Local del Estado de Guanajuato”; Ed. La Rana, Guanajuato, Gto., 1904, p. 37-38; 2.- Meyer Cosío, Francisco Javier; “Tradición y Progreso: La Reforma Agraria en Acámbaro, Guanajuato (1915-1941)”, Ed. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana y Secretaría de Gobernación, 1993, México, D. F., p. 19-20; y 3.- Pérez Piña, José Luis Marcos, y Bocanegra Solorio, Anahí; “Acámbaro, Lugar de Magueyes”, Colección Monografías Municipales de Guanajuato; 2010, 1ª. Edición, Gobierno del Estado de Guanajuato; Guanajuato, Gto., p. 14.

b.- El Censo de Población y Vivienda 2010 (INEGI), con datos al 12 de junio de ese año, reportó para el país la existencia de 112 millones 336 mil 538 habitantes, ocupando el décimo primer lugar en población a nivel mundial. De la cifra oficial, 57 millones 481 mil 307 son mujeres (51.2%) y 54 millones 855 mil 231 son hombres (48.8%). Hay en la República Mexicana 95.4 hombres por cada 100 mujeres.

c.- Para conocer más sobre el municipio de Acámbaro, es recomendable su Monografía actual, en: Argueta Saucedo, Gerardo; "Maguadam; Acámbaro en Otomí, lugar de magueyes", Monografía del Municipio; Ed. Puente de Piedra; Septiembre de 2015, pp. 208.

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