Noticias

CXX aniversario del inicio de construcción del Templo del Sagrado Corazón de Jesús - Parte II

6 de enero de 1896 – 6 de enero 2016

Por: Francisco Sauza
Cronista de Apaseo el Alto


Padre Joaquin Soto
A principios de 1941, por disposición de las autoridades eclesiásticas, el Pbro. Aureliano  Baeza -quien había llegado en 1937- entregaría a un joven sacerdote las riendas de la Vicaría, ante la inconformidad y las protestas de la feligresía que se había encariñado con su guía espiritual.

El domingo 2 de febrero de 1941  arribó al pueblo de Apaseo el Alto el Pbro. Joaquín Soto Armenta, a quien el destino le tenía consignada toda una proeza. Recibidos los pendientes y tareas más apremiantes de parte del sacerdote que entregaba para quien recibía, sobresalía lo insuficiencia del templo de San Andrés para albergar a los miles de fieles que religiosamente se reunían en su interior y ante las evidentes carencias de la población el Presbítero Baeza sugirió una alternativa que el Padre Joaquín Soto tomó como suya, que consistía en ampliar el templo de San Andrés con dos naves laterales y con esa idea se comenzó a platicar con la gente.          

Sin embargo, el destino deparaba un regalo divino para el atormentado pueblo de Apaseo el Alto: la llegada del padre José de Jesús Angulo y Navarro, quien por temor a la persecución religiosa durante la Revolución Cristera había cambiado su nombre por el de José del Valle, a quien durante su vida se le conoció como “El Padre Misionero”.

Templo del Sagrado Corazón de Jesús
Don José del Valle había sido invitado por las Señoritas Lupita y Mariquita Núñez a un ciclo de misiones en el pueblo de Apaseo el Alto, quien estuvo en el periodo del 8 al 16 de julio de 1941 impartiendo las tradicionales platicas espirituales entre los habitantes. Cualquiera juzgaría imposible que en tan corto período de tiempo, el Padre Misionero hiciera posible algo tan utópico, que fue la reanudación de la magna obra.

Una vez que el Padre Soto le hizo saber  de sus intenciones de ampliar el templecito de San Andrés, el Padre del Valle lo convenció de que las obras del templo del Sagrado Corazón deberían reanudarse, le argumentó que no podía echar por la borda todo el esfuerzo de la gente que con mucha ilusión y sacrificio había iniciado la construcción de su nueva iglesia. El Padre Soto arguyó que el pueblo era muy pobre -y razón no le faltaba-  y que sería imposible reunir fondos para que el proyecto se fuera haciendo realidad.

Epifanio Martínez García
El Padre José del Valle construyó durante su vida varias obras: en el pueblo de San Francisco de Asís -su tierra natal- un hermoso templo parroquial; en Tlalpujahuilla, Michoacán, un santuario orgullo de esa región; un templecito en Santo Tomás Huatzindeo, Guanajuato; y sendos oratorios en el rancho del Tigre y la Purísima, jurisdicción de Atotonilco, Jalisco, pueblos tan pobres como el de Apaseo el Alto y no tuvo el menor empacho de hacerle saber su secreto al novel Vicario.

Con lujo de detalles le explicó que a falta de dinero, lo hiciera con la participación de la gente, mediante faenas para acarrear piedras, arena, agua y cal viva; y que al término de cada semana hiciera una colecta para pagar la mano de obra especializada y así garantizaba la construcción permanente de la obra.

Don José del Valle fue nombrado Obispo de Tabasco, pero dejó una profunda huella en el pueblo de Apaseo el Alto y de ahí en adelante el Padre Joaquín Soto recurría en incontables ocasiones por el apoyo y consejos de quien llegó a ser su modelo a seguir.

El 14 de agosto de 1941, mediante consenso entre los pobladores del pueblo se decidió reanudar los trabajos para lo cual se reunieron para nombrar un comitè pro-obras, siendo nombrado como Presidente el Señor Juan C.Tinajero Cervantes y así, antes de terminar su primera asamblea, lograron reunir la cantidad de $ 29.00 como primer fondo para reiniciar la obra.

Grupo de talladores de cantera
El 7 de octubre de 1941 fue la fecha memorable en que se reanudaron las obras, teniendo como fondo en tesorería la suma de $ 62.00, aparentemente insignificante, pero con una inagotable fuente de voluntad emanada de un pueblo que desde el siglo XVI se venía distinguiendo por afrontar los más pesados trabajos por mantener su pueblo vigente y vigoroso y guiados por un sacerdote dispuesto a encabezar a quienes solo necesitaban de alguien que pregonara con el ejemplo.

El Padre Soto en su paso por La Piedad había conocido a un grupo de cantereros que trabajaban en la construcción de la parroquia de aquel lugar  a quienes logró convencer de que trabajaran en su colosal obra. Este grupo de personas estaba integrado por Martín Ayala, Luis Solorio Murillo, Antonio Ramírez Galindo, Ramón Reyes Arango, José Rodríguez y otros.

Al grupo anterior se agregaron un puñado de expertos trabajadores de Maravatìo, Michoacán, que el Padre del Valle envió para la ejecución de la obra; entre estos últimos se destacaban J. Guadalupe Díaz, Ángel Díaz y J. Jesús Díaz, quienes capacitaron a un nutrido grupo de trabajadores de Apaseo el Alto, Ojo de Agua, Barajas, El Pocito de la Virgen que también pusieron su talento y voluntad en la erección de la magna obra.

Trabajadores del templo. Año 1941-1953.
El primer Maestro de los albañiles fue el experto Epifanio Martínez García, originario de Apaseo y el Maestro de los cantereros fue Don Martín Ayala, quien meses después falleció y tomó su lugar Don Luis Solorio Murillo, un hombre que una vez terminada la obra decidió quedarse a radicar en el pueblo de Apaseo el Alto en donde nacieron sus hijos y es la tierra de sus nietos. Posterior a Don Luis Solorio, tomó las riendas en la dirección de los trabajos de los labradores de cantera Don Luis Reyes Arango.

Con el trabajo de los humildes trabajadores de Apaseo el Alto,  el liderazgo espiritual del Padre Joaquín Soto  y el apoyo de Don José del Valle, el Templo del Sagrado Corazón fue tomando forma. El Padre Soto hacía constantes consultas al Padre del Valle para que le orientara en el rumbo arquitectónico que habría de tomar y los constantes viajes a San José Iturbide con los maestros albañiles para reproducir los detalles del templo parroquial del que ahora está hermanado.

El Padre José del Valle acudía al pueblo de Apaseo el Alto con cierta regularidad a supervisar el avance de las obras; antes de ir a visitar al padre Soto se presentaba con los trabajadores de la obra a supervisar los trabajos y a dibujar en un pizarrón negro que tenían exclusivamente para ello, los detalles finos que habrían de vigilar los maestros que estaban al frente. Los trabajadores le llamaban “Tío” al padre del Valle, porque éste les decía que el Sagrado Corazón iba a ser como su  padre.

Trabajadores del Templo del Sagrado Corazón de Jesús
Conforme el templo iba tomando forma, el Padre Joaquín Soto invitaba a grandes personalidades de la vida eclesiástica del Obispado de Michoacán, Querétaro y otras diócesis; para que estuvieron presentes, fue así como se fueron presentando José del Valle (Obispo de Tabasco), Fray J. Buenaventura Figueroa (Originario de Ojo de Agua de la Trinidad) , Marciano Tinajero y Estrada (Originario de la Nopalera y Obispo de Querétaro), Fray Pablo Campuzano, Don Atenógenes Silva, Don Manuel Martín del Campo, Luis María Altamirano y Bulnes (Arzobispo de Michoacán), Fray Nicolás Navarrete, Fray Leopoldo Campos, etc.

Muchos años de trabajo de la gente que vivía la efervescencia de la búsqueda de la emancipación municipal, el paso de la Carretera Panamericana, los estragos de la Fiebre Aftosa, el progreso constante, veían como la obra del Templo del Sagrado Corazón de Jesús se iba haciendo realidad. De 1941 a 1953, año en que se declaró terminado, el pueblo de Apaseo el Alto y las rancherías de los alrededores aportaron hombres, materiales, jornadas de trabajo, los pocos centavos que les sobraban de sus escasos recursos para construir lo que en esos momentos era prácticamente la obra negra; faltaba el embellecimiento de su interior, la iluminación y todos aquellos detalles dignos de la Casa de Dios.

Como un homenaje a los trabajadores que participaron en la construcción del Templo del Sagrado Corazón de Jesús en la etapa de 1941-1953, hago pública la relación de ellos:

Cantereros originarios de La Piedad, Michoacán
Antonio Ramírez Galindo, Luis Solorio Murillo, Martín Ayala, Ramón Reyes Arango, José Rodríguez.
Cantereros de Maravatío, Michoacán
J. Guadalupe Díaz, Ángel Díaz, J. Jesús Díaz.

Trabajadores de Ojo de Agua de la Trinidad
 Ángel Paredes (encargado del banco de cantera), Eliseo Mandujano, Pedro Sánchez Martínez, Adrián Mandujano Arreguín, Estanislao Paredes, León Arreguín, Isabel Paredes Rodríguez, Gabino Paredes, Esteban Medina.

Trabajadores de Barajas
Leonor Vázquez, Francisco Álvarez Cervantes

Trabajador de El Pocito de la Virgen
Gabriel Vázquez

Trabajador de El Rejalgar
Anselmo Guerrero

Trabajadores de Apaseo el Alto
 Alfonso Rodríguez Aguilar, José Rodríguez Aguilar, Fortino Rodríguez, Felipe Vázquez, Antonio Patiño Vega, Joaquín Vega Ortiz ,Ustorgio Vega, Francisco García, J. Guadalupe Patiño Arellano, J. Piedad Arzate, Gregorio  Vega Vega, Juan Mandujano Pérez, Santiago Herrera González, José Herrera González, José de Santiago, Leonardo Núñez Malagón,  Emilio Gómez Vega, Manuel Delgadillo, Luis Pérez, Porfirio Vega, Alberto Gómez Cárdenas, J. Jesús Alba Leal, Jesús (Eduardo) Alba Herrera, Gabino Escutia, Eusebio Rodríguez Arellano, Ricardo Cancino Salgado (Padre), Ricardo Cancino González (Hijo), Melesio Vega Ortiz, Isidro Palacios,
Donato García, J. Trinidad García, José Torres, Fabián Osornio Paredes, Juan Osornio Paredes,
Inés Pineda Malagón, Fortino Mandujano Martínez, Tereso Mandujano Herrera, Alberto Luna, José Ortiz (Chofer, Crescencio García, Lorenzo Herrera, Luis Herrera, Cirilo Paredes, Bernardino García, Alejo Jiménez, José Aguilar Buenrostro.

Trabajadores  de Apaseo el Grande
Epifanio Martínez García (Maestro de obra 1941-1945),  Juan Martínez Arias.

No hay comentarios.