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EL CÁCARO EN TIEMPOS DE MARÍA CANUTA.
(ALGUNAS ESTAMPAS DE LOS CINES EN CELAYA)

FERNANDO AMATE
(Con la colaboración de Michael Javier Hernández)
 
Los hermanos Lumière
Una gálica invención. (1895)

 A finales del siglo XIX Francia, la amada y entrañable Francia de los poetas, músicos, pintores, intelectuales y simples turistas,  fue la raíz, el embrión de lo que hoy conocemos como Cine. Allá los hermanos Lumiere, creyeron que las fotografías podían tomar “vida”, movimiento, tal vez color, y embarcados en la febril creencia, experimentaron hasta que  parieron al tatarabuelo de la cinematografía, cine que al correr de los años devino en una industria-espectáculo-expresión estética,  que alcanza su cima en el siglo XX y que ahora en los dinteles del XXI se relega ante el exponencial crecimiento de las redes. Inéditos formatos, nuevos canales, parecen desplazar a las proyecciones cinematográficas que durante muchos años fueron el principal divertimento de las sociedades occidentales

En México también hace aire (1896)
Un oaxaqueño de albo bigote, rasgos zapotecas  y de oficio Presidente de la República Mexicana (devenido en dictador), llamado Porfirio Díaz discurrió que era menester que en lo estético lo que hacía falta al país era el relumbrón de la arquitectura gala, y que era menester estar al día con los nuevos paradigmas sociales por lo que se rodeó de santones laicos del conocimiento, a los que se les conoció  como los “científicos”.
Por ello es fácil entender que el general, ávido de novedades que sacaran de su ancestral retraso a la patria, mandara traer a enviados de los Lumiere, para que nos dieran a conocer que era eso del “cinematógrafo”.
La historia registra que la noche del 6 de agosto de 1896, en uno de los salones del Castillo de Chapultepec, Diaz, su gabinete y la alta sociedad de la época,  observaran estupefactos “fotografías que se movían”.  

La “Tierra del cine” en Celaya (1927-1973)
Cinelandia
Santiago Olalde, hombre nacido en estas tierras,  merece ser recordado como uno de los pioneros de las salas de cine en el municipio. Bajo su patrocinio en 1927 se inauguró el  “Colón Cinema”, inmueble que se ubicaba en lo que hoy es la calle de Los Insurgentes.
La recoleta, conservadora y provinciana Celaya de principios del siglo XX, no podía escapar al prurito porfiriano de la modernidad, en aras de tal en 1930,  abre sus puertas el centro de espectáculos “Cinelandia” (¿tierra del cine), ahí  o mismo se llevan a cabo proyecciones cinematográficas que se dictan conferencias y se organizan saraos de diversa índole, huelga decir que el inmueble está reservado a damas y caballeros de la impoluta alta sociedad.
La fiebre de ofertar este novedoso espectáculo, acompañado de una creciente demanda, dio origen al nacimiento  de cines como el “Cinema Olimpia” o su antecesor el Salón Pathé, que se asentaban en el Portal de Guadalupe.
La céntrica ubicación de los cines obedece a que la pequeña traza urbana hace que el Jardín Principal sea el ombligo de los afanes mercantiles, sociales, políticos y religiosos. He ahí la razón del por qué en unas cuantas cuadras enderredor del”centro”, se edificaban estos inmuebles.
Como ya lo apuntábamos líneas arriba, los cines extendían su oferta de forma tal que en varios de ellos se presentaban obras de teatro, operetas, zarzuelas, conferencias magnas, caravanas de artistas, festivales escolares y cívicos, etc
Aún hasta mediados de los años setentas este multiuso de las salas prevaleció.
La llamada época de oro del cine mexicano trajo a Celaya filmes del Indio Fernández como director vanguardista. Las actuaciones de Dolores del Río, María Félix y una extensa lista de actores, actrices, directores, fotógrafos. En raro e incomprensible amasijo, lo mejor de la cinematografía, compartía pantalla con vomitables churros.
Los cines en el Celaya durante las primeras décadas del siglo XX, cumplieron pues un largo y azaroso proceso de “culturización”.
Amén de algunos notables edificios y de una interesante oferta, habrá que señalar que el cine en aquellos años representaba la oferta cultural más llamativa.
De entonces a la fecha, los cines despiden cierto tufillo social y plutócrata. Son lugares para quienes pueden cubrir un alto costo. Geografías pobladas principalmente por clasemedieros.

Los afanes democráticos e igualitarios le dieron cierto giro a las audiencias, de ello nos ocuparemos en la siguiente entrega que consignará  lo que en materia de salas de cine sucedió entre 1945 a 1973. En tanto y después de estas escenas: ¡Se queda¡

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